El 29 de julio del 2000 René Favaloro se pegó un tiro en el corazón. Hace 25 años. El inventor del bypass. Antes de hacerlo escribió siete cartas. Luego se encerró en el baño de su departamento de Barrio Parque, en la ciudad de Buenos Aires, y se mató, producto de una grave depresión. Su fundación, que lleva su nombre, acumulaba enormes deudas, en una época en que la Argentina también atravesaba una crisis económica terminal, durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Otra de las tantas crisis que azotaron al país en el último siglo.

“Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida, la fundación tiene graves problemas financieros. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir”, escribió Favaloro en una de las cartas que dejó antes de suicidarse.

Tres años antes, el sábado 7 de junio de 1997, tuvimos el privilegio, o la desgracia, de realizarle el último reportaje que le hiciera LA GACETA. Fue en el hotel Los Pinos, en Las Termas de Río Hondo.

En la ocasión, Favaloro le dio una charla a alumnos del secundario termense en el teatro del hotel. Lo hacía habitualmente, por todo el país, siempre gratis. Todo hacía parecer que iba a ser una conversación normal, casi de compromiso, como de un abuelo a sus nietos. Pero no lo fue. El médico, ataviado con el clásico delantal blanco de cardiocirujano, le disparó munición gruesa a los chicos, que también estaban usando delantal blanco. ¿Una casualidad? ¿Lo hizo a propósito? Les habló del lavado de dinero de la droga en el fútbol, de la eutanasia, del consumo problemático de sustancias, de la corrupción exasperante, del sexo, de la noche, del aborto.

René Favaloro, el gigante que cayó ante los corruptos

Este último tema, el del aborto, generó un gran debate una década más tarde, cuando se discutió en el Congreso la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE).

Mucha gente dudaba de los dichos de Favaloro porque la entrevista no estaba digitalizada. En 2015 LA GACETA republicó las notas, con las capturas de pantalla de la edición impresa del domingo 8 de junio de 1997. “Los ricos defienden el aborto ilegal para mantenerlo en secreto y no pasar vergüenza. Estoy harto de que se nos mueran chicas pobres para que las ricas aborten en secreto. Se nos mueren nenas en las villas y en los sanatorios hacen fortunas sacándoles del vientre la vergüenza a las que tienen plata. Con el divorcio decían que era el fin de la familia y sólo fue el fin de la vergüenza para los separados ilegales. Con el aborto legal no habrá más ni menos abortos, habrá menos madres muertas. El resto es educar, no legislar”, afirmó Favaloro, quien nunca se declaró a favor del aborto, pero sí un enardecido opositor a la hipocresía social.

ONG. Dedicada a la asistencia médica, la docencia y la investigación.

Ya se lo notaba enojado. Al finalizar la charla con los adolescentes, por la contundencia de sus opiniones, le pedimos una entrevista a solas.

Nos acercamos, nos presentamos y le preguntamos si podíamos conversar. Respondió: “Mirá muchacho, yo ahora sólo pienso en tomarme un whisky, si me querés acompañar, encantado”. Y así partimos hacia el bar del hotel, donde charlamos durante más de una hora, en la que Favaloro bebió tres medidas de escocés importado y nosotros dos. Invitó él, o el hotel, no lo sé, pero no nos dejó pagar.

Renuncia a la Conadep

En los 80 había renunciado a la Conadep (Comisión Nacional por la Desaparición de Personas).

Le preguntamos sobre ese hecho y respondió más o menos lo mismo que escribió en una carta dirigida al presidente Raúl Alfonsín, aduciendo razones anímicas y laborales. Estaba muy molesto y decepcionado porque había recibido a María Estela Martínez de Perón entre los miembros de la Conadep. La versión oficial del Consejo de la Magistratura es que renunció en desacuerdo a que la comisión no estuviese facultada a investigar los crímenes de la Triple A.

El legado de Favaloro

Era un hombre imponente, demasiado para un joven de 26 años como este periodista. Lo invitaban de las mejores universidades del mundo a dar conferencias, a cambio de miles de dólares, viáticos y lujosos hoteles, pero elegía conversar gratis con adolescentes santiagueños. Todo un gesto que describía la verdadera esencia de Favaloro.

Hipocresía, su obsesión

“La hipocresía que nos gobierna”, repitió varias veces. Se lo notaba enfadado, furioso con la sociedad. Y tres años después sabríamos, drásticamente, cuán enojado y desilusionado estaba con este mundo.

Millones de dólares se lavaban en el fútbol y que gran parte de ese dinero provenía del narcotráfico. Hoy parece obvio y hasta ingenuo, pero hace dos décadas pocos hablaban de esto con tanta franqueza.

Al día siguiente, el domingo 8 de junio de 1997, LA GACETA le dedicó una página completa a esa entrevista, con un encabezado que decía “Un hombre sin vueltas”, además de ser el título principal de la tapa: “Dinero de la droga se lava en el fútbol”. Fue la primera vez que apareció mi firma en la portada del diario.

El aborto

“El aborto es un acto criminal, sin lugar a dudas. Pero también estoy en contra de la hipocresía. La hipocresía es esa nenita de clase media a quien, cuando se embaraza, su papito la lleva al médico y esa misma noche esa nenita ya está bailando en un boliche de nuevo. Muchos señores a quienes vemos por ahí hablando con toda naturalidad sobre lo malo que es el aborto son unos hipócritas porque saben que, en la realidad, las cosas suceden de otra manera. No hay que tenerle miedo a la educación sexual y a hablar de sexo con los chicos. Es muy necesario e importante. Hay que hablar de frente sobre este tema para que el embarazo no deseado no sea una sorpresa. Hasta la misma Iglesia ya está cambiando en esta época y está procesando de otra forma el problema del aborto”.

Acerca de la última entrevista de LA GACETA a René Favaloro

Favaloro estaba absolutamente en contra del aborto, pero más detestaba la hipocresía. Lo mismo pensaba sobre las drogas, donde el principal problema no era la despenalización, sino la hipocresía.

“Estoy convencido de que hay que revisar y escribir de nuevo la historia para que los jóvenes puedan saber la verdad de lo que pasó en este país. Los chicos deben saber que la corrupción no es sólo la que sale en los diarios sino que va mucho más allá; está en todos nuestros actos” (LA GACETA, 8 de junio de 1997).

Un nacionalista sin zeta

“A esto que ahora le dicen neoliberalismo, le llamo neofeudalismo. Cada día se mueven en el mundo cerca de 2.000 millones de dólares en los mercados financieros buscando el mejor interés. Aunque no nos guste, esos señores que viven sólo para buscar guita y más guita son los que manejan este mundo. En este mundo competitivo, los países con mala formación, como el nuestro, van perdiendo identidad. Soy un férreo nacionalista, sin “zeta” y nuestra cultura está desprotegida. Tal vez una de las razones por la que esto ocurre es que en Argentina nunca hubo una clase dirigente con sentido nacional. Yo les recomendaría que lean el discurso del papa Juan Pablo II publicado el 25 de abril pasado. Ese tratado parecía haber sido escrito por Carlos Marx, sin que por eso sea mejor o peor. Lo que quiero decir es que tiene un fuerte contenido social que debería llamarnos la atención. En ese discurso el Papa dice que en realidad lo que hay que globalizar es la solidaridad. La cuestión de la conciencia nacional es un problema de ecuación. Nos estamos muriendo de hambre y, sin embargo, en Argentina hay para regar 4 millones de hectáreas. En el mundo faltan muchas cosas que nuestro país podría sembrar. En Japón un melón cuesta entre 40 y 50 dólares, pero ¿ustedes piensan que los japoneses van a dejar que les vendamos melones? Nunca, ellos cuidan su mercado y la importación es para los nipones cosa seria. Aquí viene cualquiera con un barco y lo descarga sin problema, llenando de estupideces el mercado. Eso no pasa en los países que poseen sentido nacional”.

La disyuntiva de la eutanasia

Es muy fácil, técnicamente, matar a alguien en el presente. Llenamos una jeringa con potasio, la inyectamos y ya está. En el siglo pasado, aunque estos actos también se cometían, generalmente un paciente moría cuando dejaba de respirar. Pero ahora, con todos los avances que hay, la disyuntiva se plantea a diario. Todos los días atiendo casos de personas que llegan en un estado de emergencia extremo. En otras épocas, ante estas situaciones, sólo hubiésemos tenido que esperar que se mueran. Afortunadamente hoy contamos con recursos tecnológicos que nos permiten salvar muchas vidas. Creo que ese es el tema: ultimar todas las posibilidades antes de tomar una decisión. Si vemos que no hay alternativa y que el hecho de mantener vivo a un ser humano se torna un acto perverso, estoy de acuerdo con evitar ese sufrimiento. Sólo si no hay otra salida”.

A un siglo del nacimiento de Favaloro, el creador del Bypass que no pudo derrotar la corrupción

La droga, el fútbol y la educación

“La hipocresía nos gobierna. Cualquiera que piense dos segundos va a llegar a la conclusión de que, por ejemplo, en el fútbol se lava dinero del narcotráfico. ¿Cómo pueden hacernos creer que van a pagar esas cifras millonarias y ridículas por los jugadores? Haciendo el más optimista de los cálculos, pensando en las recaudaciones, la televisión, la publicidad, los sponsors y demás, es imposible llegar a manejar las cifras escandalosas que se manejan. Está claro que en ese deporte se lava dinero sucio. Pero tampoco hay que ser ingenuos y considerar que estos problemas de corrupción son nuevos. Vienen de muy lejos. La educación de hoy y la formación de los jóvenes debe ser realista. Mi criterio es que debe estar centrada en analizar los hechos diarios, en lo que pasa en el presente, en enseñarles a los chicos a revisar la coyuntura. El resto es, la mayoría de las veces, puro verso. Esa es una de las formas que tenemos a mano para acabar con la corrupción desde abajo, es decir desde la formación de los chicos”.

Dos temas clave: la bulimia y la anorexia

“La bulimia y la anorexia son problemas serios y actuales en los jóvenes. Para poder entenderlos (a los jóvenes) primero hay que entender todo lo que está vinculado con la televisión bastarda, con el consumo, con el materialismo, con este modelo neoliberal que les dice a las personas que no hay nada más importante que el dinero y las apariencias. Hay que revisar el tema de la televisión bastarda y podremos entender mejor estos males”.